Marisol fue campeona olímpica de gimnasia rítmica y ahora entrena a la selección nacional. Es una mujer exigente, autoritaria y muy controladora, que no termina de aceptar ni el paso del tiempo ni el fracaso de su matrimonio.
J.A. Bayona apadrina –como productor– la segunda cinta de la catalana Laura Jou. El guion lo firma uno de los colaboradores habituales de Bayona, Bernat Vilaplana.
La película plantea una serie de cuestiones interesantes: entre otros, el de la exigencia del deporte de élite y los riesgos para la salud mental de esa misma exigencia. Las interpretaciones de Belén Rueda (con un personaje antipático donde los haya), Ilay Kurelovic e Irene Escolar son solventes, al igual que la de la joven Maria Netavrovana, una gimnasta ucraniana que salió de su país a causa de la guerra y que se estrena como actriz.
La cinta, sin embargo, no termina de funcionar, además de por alguna decisión estética discutible y alguna línea de diálogo algo televisiva, porque el arco de transformación de la protagonista es tan rápido que resulta poco coherente. Una pena, porque la película luce –la gimnasia rítmica es un deporte bellísimo– y hace pensar.
Ana Sánchez de la Nieta
@AnaSanchezNieta