Jackie Brown

Director y guionista: Quentin Tarantino. Intérpretes: Pam Grier, Samuel L. Jackson, Robert Forster, Bridget Fonda, Michael Keaton, Robert De Niro, Michael Bowen. 151 min. Adultos.

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Después del éxito de Reservoir Dogs y Pulp Fiction, y de sus decepcionantes colaboraciones en Abierto hasta el amanecer y Four Rooms, Tarantino se doctora como director con Jackie Brown, una singular tragicomedia basada en la novela Rum Punch, de Elmore Leonard.

Esta vez, Tarantino ha intentado ser -por decirlo así- más fiction y menos pulp. En la categoría de personajes pulp están un rastrero traficante de armas llamado Ordell, su incitadora novia y su pasmado compinche. También son algo pulp los dos policías que persiguen a ese trío de perdedores. Y no son nada pulp los dos mejores personajes: Jackie, la inteligente azafata que trasporta el dinero negro de Ordell; y Max, un desencantado agente de fianzas que se enamora de Jackie. La policía detiene a Jackie y llega a un acuerdo con ella. En connivencia con Max, la azafata monta una red de engaños a varias bandas, con el fin de salir de la operación ilesa, absuelta y enriquecida.

Tarantino articula este puzzle con sus proverbiales cinefilia, sentido del ritmo y empleo subsidiario de los diálogos, y sin tantos vericuetos como en Pulp Fiction. Sólo se permite varios flash-back y cambios de puntos de vista, audaces y bien resueltos. Este mayor rigor, sólo roto por ciertos tiempos muertos, facilita el seguimiento del relato, aunque también le quita un punto de originalidad.

A pesar del esfuerzo de contención, el film es violento, está lleno de diálogos soeces e incluye una escena sexual explícita y otras muy sensuales. Tarantino rebaja esta carga morbosa recurriendo a un eficaz tono paródico -con aceradas críticas sociales- y humanizando a todos los personajes, sobre todo a Jackie y a Max, cuya sutil historia de amor imposible es lo mejor del film.

Destacan las interpretaciones de Pam Grier y Robert Forster -dos veteranos actores rescatados del olvido-, así como el meritorio trabajo de apoyo del resto del reparto. Gracias a ellos y a la personalidad de la puesta en escena, sale a flote este film singular, que gustará sobre todo a los cinéfilos y confirma que, a pesar de sus excesos, Tarantino es un cineasta maduro, que podría decir muchas cosas interesantes si apuntara un poco más arriba y más adentro.

Jerónimo José Martín

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