Homeland

TÍTULO ORIGINAL Homeland

PRODUCCIÓN Estados Unidos - 2011

DURACIÓN 60 min.

PRODUCTORAS

PÚBLICOAdultos

CLASIFICACIÓNViolencia, Sexo

ESTRENO02/10/2011

(Actualizado el 15-04-2013)

Cuando en 2008 Kathryn Bigelow ganó seis Oscar con la película En tierra hostil, más que animar a los productores a seguir haciendo películas sobre las guerras de Irak y Afganistán, les desalentó. El público americano no se entusiasmó con la película de Bigelow (17 millones de dólares, una recaudación muy baja, aunque costó solo 15 millones y llegó a los 49 millones en todo el mundo) ni con otras posteriores como Green Zone, dirigida por Paul Greengras (United 93, El mito y El ultimátum de Bourne) y protagonizada por Matt Damon: fue el gran fracaso comercial del fatídico 2010 para los estudios Universal, con un presupuesto de 100 millones y solo 35 millones en la taquilla americana.

Sin embargo, cuando parecía que la guerra de Irak era un argumento prohibido por una audiencia saturada de esta temática, Homeland se ha convertido en la serie del año en Estados Unidos. Ganadora de dos Globos de Oro (mejor serie en categoría drama y mejor actriz para Claire Danes), ha obtenido muy buenas críticas y una audiencia considerable (casi 2 millones de media) si se tiene en cuenta que la emite un canal de pago, Showtime. Un canal que está mostrando creatividad y sentido comercial en la promoción de sus productos, de los que avanza capítulos en Internet. Tiene buenas historias y sabe hacerlas mejorar, capítulo a capítulo, como se ha podido observar en la serie que nos ocupa, Homeland, pero también en Dexter.

Las dos series han sido renovadas recientemente tras un pletórico final de temporada que ha situado a Showtime en la posición de privilegio de que gozan pocas cadenas norteamericanas; fundamentalmente HBO, CBS y AMC.

Un héroe tal vez culpable
Basada en Hatufim (Secuestrado), una serie israelí creada por Gideon Raff y emitida en 2009, Homeland cuenta la historia del sargento Nicholas Brody (Damian Lewis), un marine norteamericano secuestrado desde hace 8 años, que aparece misteriosamente en una operación de rescate llevada a cabo por los Delta Force en una aldea iraquí.

La noticia conmociona a la opinión pública norteamericana que, al igual que la familia del soldado, daban por muerto a Nicholas. Todos le reciben como héroe de guerra, pero la vuelta a casa no es fácil. Carrie Mathison (Claire Danes), una agente de la CIA, sospecha que Nicholas no apareció en Irak casualmente y teme que haya sido reclutado por Al-Qaeda.

Homeland (claramente emparentada con Hermanos, la película de la oscarizada directora danesa Susanne Bier estrenada en 2004, que tuvo remake americano en 2009, con Jim Sheridan como director) es una de esas series en la que todos los personajes parecen capaces de ser culpables o inocentes.

Hay mucho trabajo de guión detrás de cada personaje y eso hace que la serie crezca sin necesidad de grandes explosiones y giros narrativos incoherentes. Interesa todo lo que sucede al desconcertante marine (magnífico Damian Lewis, que ganó fama con su papel protagonista, el teniente Winters, en la miniserie Hermanos de sangre) y a la inteligente y enferma de los nervios Carrie Mathison. Este personaje es interpretado por Claire Danes, una actriz siempre bien valorada por la crítica pero que no había tenido en el cine la película que la consagrara como estrella (aunque brillara en 1996 en Romeo y Julieta, de Baz Luhrmann). A los 32 años, ha triunfado en la televisión.

Calidad de diálogos y de actores
Junto a la pareja protagonista hay personajes secundarios bien construidos: la mujer atormentada de Nicholas, su hija adolescente, el paciente jefe de Carrie que aguanta sus constantes altibajos, el terrorista Abu Nazir. Todos tienen un recorrido dramático habitualmente matizado y muy interesante que hace que la serie atrape al espectador lentamente, con un ritmo pausado pero intenso.

A pesar de que los principales guionistas de Homeland, Alex Gansa y Howard Gordon, son los mismos que triunfaron con 24, el tono y ritmo de esta serie es muy distinto, pues aquí el drama se impone claramente a la acción (que tiene apariciones limitadas pero fulminantes).

La historia parte de una premisa tan original como peligrosa: la posibilidad de que un marine (de algún modo la élite del ejército norteamericano) sea convencido por los argumentos de islamistas radicales. La serie maneja bien esa atmósfera de duda irrespirable logrando no caer en maniqueísmos simplistas y alegatos fáciles, al menos por ahora. Esperemos que en la segunda temporada no se despisten los guionistas porque un paso en falso puede matar la serie. Por ahora, incluso el presidente Obama no dudó en afirmar en una entrevista a la revista People que Homeland era su serie favorita junto con Boardwalk Empire.

Homeland tiene un serio defecto, que comparte con muchas series de la HBO: la redundancia en mostrar violencia y sexo explícito, con frecuencia enfermizo y torturado, muy desagradable. La violencia está más contenida, pero las secuencias de sexo son demasiado frecuentes (especialmente en los 3 primeros capítulos, y también en el 6 y el 7).

La puesta en escena y la música de Sean Callery (Bones, Los Kennedy, 24) son minimalistas y algo rutinarias: apenas hay planos o giros musicales creativos. Sin embargo, esta vez la austeridad en la factura visual y musical es un acierto, porque parece claro que la calidad de los diálogos y la fuerza de los actores son los principales valores de la serie.

Reconstruyendo a Carrie, deconstruyendo a Nicholas (2ª temporada)
El final de la primera temporada dejaba muchos cabos sueltos y un número importante de expectativas. Homeland había sido la serie del año y la más premiada en los Globos de Oro y los Emmy. Sin embargo la serie sigue siendo tan intensa como en la primera temporada, superando algunos excesos e incoherencias. Se agradece que los creadores hayan dejado de lado en gran medida (excepto en los capítulos 7 y 8) el lado más HBO que tenía la serie. De esta manera los personajes tienen una definición más psicológica que impulsiva. En este sentido, el trabajo de la pareja protagonista sigue siendo espectacular. Con toda lógica han vuelto a ganar el Globo de Oro a la mejor interpretación.

Además, la audiencia ha mejorado, a pesar de que Homeland sigue sin ser una serie “trepidante”. El ritmo sigue siendo sereno, más apoyado en los diálogos (brillantes en los primeros capítulos en los careos Carrie-Nicholas) que en la acción. Lo que no está tan logrado es el capítulo final, que en la primera temporada era mucho más adictivo.

Homeland acaba de renovar para una tercera temporada que volverá a tener 12 capítulos.

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