Director y guionista: Joel Hershman. Intérpretes: Clive Owen, Helen Mirren, David Kelly, Natasha Little, Danny Dyer, Adam Fogerty, Paterson Joseph, Warren Clarke. 91 min. Jóvenes-adultos.
La exitosa fórmula cómico-social de Full Monty ha sido empleada en dos recientes películas inglesas de tema carcelario: la divertida Lucky Break, también dirigida por Peter Cattaneo, y la gruesa Mean Machine (Jugar duro), de Barry Skolnick. A medio camino entre una y otra se sitúa Flower Power (Como una regadera), con la que se estrena en Gran Bretaña el joven cineasta norteamericano Joel Hershman.
El argumento de Flower Power (Como una regadera) se inspira en hechos reales, que relató la periodista Paula Deitz en su artículo Libres para cultivar violentas en Inglaterra, publicado en el New York Times. El protagonista es Clin, un hombre sin familia, cuyo terrible pasado le ha llevado a una situación de escepticismo total. Por su buena conducta, al final de su larga condena le destinan a una cárcel de régimen abierto, en la que se desarrollan audaces programas de reinserción social. Con ayuda de su anciano y gravemente enfermo compañero de celda, Clin movilizará a un variopinto grupo de presos para convertirse en expertos en jardinería y poder participar en los grandes concursos nacionales.
Pocas novedades depara esta tragicomedia coral, similar en sus virtudes y defectos a las películas antes citadas. Juegan en su contra un desarrollo lineal y previsible, sembrado de torpes detalles groseros, breves pero desagradables. Pero en su haber cuenta con unos actores muy convincentes, una fresca puesta en escena, un sugestivo acompañamiento musical y, sobre todo, un guión bien trenzado y dialogado, que aúna con eficacia los numerosos golpes de humor, los creíbles contrapuntos dramáticos, la sencilla trama romántica y certeras reflexiones sobre la capacidad de redención del ser humano.
Jerónimo José Martín