La historia llevada a la pantalla por Mick Jackson (Héroes de papel, Tres mujeres y un caradura) se basa en uno de los primeros guiones de Lawrence Kasdan. El protagonista, Frank Farmer (Kevin Costner) es un guardaespaldas profesional contratado para proteger a Rachel Marron (Whitney Houston), una cantante pop y actriz que ha recibido varias amenazas anónimas.
La historia pierde fuerza por el modo un tanto caótico y carente de matices como la cuenta Jackson. Al principio Frank y Rachel se llevan mal; y de un modo brusco, sin transiciones, las cosas cambian hasta la primera noche que pasan juntos. Luego viene el debate interior de Frank, que piensa que no puede ser a la vez un buen guardaespaldas y un hombre enamorado de su cliente: esto viene expresado por el buen hacer de Costner, en un nuevo papel de héroe. Por su parte, Whitney Houston debuta con acierto como intérprete y ofrece un recital de hermosas canciones compuestas expresamente para la película.
El film conjuga suspense y romance. El peligro que amenaza a los protagonistas es como una sombra, que en el momento más inesperado puede hacerse presente. Y alcanza su apogeo en la elaborada secuencia de la entrega de los Oscar. Por otro lado, el romance tendrá su gancho entre los admiradores de las dos estrellas. Resultan reprobables el lenguaje grosero y algún detalle sensual.
Se ha procurado llenar el relato de cierto contenido: la consideración alta del trabajo de guardaespaldas, su soledad y su parecido con los samurais -con homenaje a Kurosawa incluido-, el mundillo del espectáculo, los celos… Aunque Jackson se ocupa más de buscar los encuadres espectaculares y de mostrar los ambientes en que se mueve la beautiful people, que en desarrollar unas ideas que el film sólo apunta.
