Basada en la novela The Shipping News, de la ganadora del premio Pulitzer Annie Proulx, se estrena Atando cabos, película dirigida por Lasse Hallström, director sueco afincado en EE.UU. ya conocido por adaptaciones de novelas como Las normas de la casa de la sidra, de John Irving, o Chocolat, de Joanne Harris. Atando cabos relata la historia de Quoyle, un neoyorquino fracasado que, tras la muerte en accidente de su promiscua esposa, decide volver con su hija y su tía al hogar de sus ancestros, en Killick-Claw, una pequeña población pesquera de Terranova. Allí, a la vez que se enfrentará a su pasado familiar, conocerá a una mujer que le dará la fe en sí mismo que nunca tuvo.
Aunque trata de un hombre que, después de haber recibido palos por todas partes, recupera la autoestima y la esperanza de felicidad, el film no consigue transpirar una visión amable del ser humano. Además, todos los personajes, que arrastran una historia terrible, se acercan a su pasado con violencia e instintividad, incluso magia, pero nunca desde el perdón. Este film, escrito por Robert Nelson Jacobs, guionista a su vez de Chocolat, no oculta su relativismo moral, especialmente claro cuando aborda cuestiones como el aborto, la venganza o la homosexualidad.
La película cuenta con un reparto espectacular, encabezado por Kevin Spacey y Juliane Moore, y seguidos por Cate Blanchett, Pete Postlethwaite y Judi Dench. La música de Christopher Young y la fotografía de Oliver Stapleton están a la misma altura que los intérpretes. Pero, como ocurría en Las normas de la casa de la sidra, hay un fondo tan frío, tan emocionalmente aséptico, que le es difícil al espectador no quedarse fuera y no sentirse distante.
