Animales fantásticos: Los crímenes de Grindelwald

PÚBLICOJóvenes

ESTRENO16/11/2018

Uno de los grandes problemas que tiene Animales fantásticos: Los crímenes de Grindelwald es, precisamente, el título. Algo similar a lo que ocurría con El Hobbit: La desolación de Smaug. En esta, debido a que se quiso estirar mucho el relato de Tolkien, el dragón del título no sale más que unos pocos minutos, al final de la historia. En la que nos atañe, Grindelwald (Johnny Depp) sí que está presente a lo largo del filme, pero la realidad es que, de los crímenes, se dice muy poca cosa. Y es que, claro, estamos hablando de la segunda de una saga de cinco películas –esa es la intención de los creadores– y se da mucha información. Tanta que uno, si no es un gran “Potterhead”, se pierde. Cosa que, por otro lado, va en detrimento del ritmo narrativo.

La historia empieza poco después del final de la primera parte, cuando la MACUSA (Congreso Mágico de los Estados Unidos de América) había capturado, con la ayuda de Newt Scamander (Eddie Redmayne), al tenebroso mago Gellert Grindelwald. Ahora, Grindelwald consigue escapar y busca organizar una especie ejército de hechiceros de pura sangre para dominar el mundo, también el de los humanos: los no’maj (los muggle en Estados Unidos). No obstante, con la idea de impedir este plan, un joven Albus Dumbledore (Jude Law) recluta a su antiguo alumno Scamander para que le ayude.

De lo que no hay ninguna duda es que Rowling sigue teniendo una gran imaginación. Si a esto le añades el poder de los efectos especiales del cine de hoy, sale una película realmente fantástica: en su sentido más literal. De una gran fantasía. En esto, asombra y la disfrutas: aunque no seas un gran fan del universo harrypotteresco. David Yates le da un tono más oscuro que en la primera parte, muy en línea de las películas más oscuras de Harry Potter, firmadas también por él.

Es entretenida, y las más de dos horas no se hacen especialmente largas. Pero el hecho es que, en una segunda parte, quizás uno espere que la historia pase rápidamente a la acción, porque ya se hicieron presentaciones en la primera; y no es así: está demasiado pendiente de lo que vendrá, y continuamente presenta nuevos personajes, nuevas ideas, nuevos flashbacks… Demasiado “serializada”.

En cuanto a los actores, me encanta el trabajo de Redmayne –mago bueno, despistado e inocente, que no tonto–, y me parece muy flojo el de Johny Depp: como si lo hubieran metido en un molde congelado de malo malísimo, al que esté supeditado cualquier tipo de actuación. Dan Fogler, por otro lado, interpretando a Jacob Kowolski, el no’maj amigo de Newt de la primera parte, tiene gracia y es el motivo de algunos de los mejores gags de la película. Y me ha gustado ver cómo Callum Turner, el hermano de Newt, hasta se parece bastante a Redmayne.

Animales fantásticos: Los crímenes de Grindelwald gustará a los fans de siempre. Otros, incluso, verán que hay un interesante planteamiento sobre la lucha del bien y el mal. Pero… no deja de ser un cuento: los gatos tienen cuatro pies.

Jaume Figa i Vaello
@jaumefv

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