Los fantásticos mundos de Lewis Carroll y Tim Burton tenían que acabar encontrándose. Carroll publicó en 1865 Alicia en el País de las Maravillas, las aventuras de una imaginativa niña que viaja a un extraño mundo poblado por seres más extraños aún. El libro fue un éxito y, poco tiempo después, vio la luz una continuación: A través del espejo y lo que Alicia encontró allí. El carismático director Tim Burton ha fusionado las dos novelas para contar, con los mismos personajes y un argumento diferente, una historia sumamente fiel a la obra de Caroll.
El resultado es brillante. Desde el punto de vista audiovisual, la cinta es una auténtica fiesta. Burton ha utilizado el 3-D quizás con menos pericia técnica que Cameron y su Avatar pero con más justificación narrativa: el árbol de Pandora podía o no ser tridimensional, pero la caída de Alicia a través de la madriguera, después de verla en 3-D, es imposible imaginarla de otro modo. La recreación del castillo rojo, la primera exploración de Alicia por Wonderland, la merienda con el sombrerero loco… son momentos fascinantes en los que la técnica se pone al servicio del argumento. Como sirven también a la historia la estupenda banda sonora de Danny Elfman, el magnífico vestuario de Colleen Atwood y un plantel de intérpretes que, a pesar de sus retoques digitales, siguen siendo actores que actúan (destacan la casi recién llegada Mia Wasikova y la veterana Helena Bonham Carter, que borda su antipático papel).
Los seguidores de Lewis Carroll echarán de menos gran parte del pensamiento profundo, satírico y oscuro de la obra. Burton lo ha sustituido por una estética abigarrada y tenebrosa y ha añadido, sin embargo, grandes dosis de acción a la historia.
Los seguidores de Tim Burton reconocerán -quizás más velados que en otras ocasiones- algunos de los temas de su filmografía: el papel de la imaginación frente al rigorismo y las convenciones, la importancia de la figura del padre o el valor de la lealtad.
