Este íntimo melodrama de maduración ofrece un conmovedor acercamiento al proceso del duelo y a la necesidad de reconstruir nuestros lazos paternofiliales.
Con toneladas de nostalgia y reiterativas bromas sexuales, la película pinta a los numerosos miembros de un clan familiar post-generación del 68, y traba bien las anécdotas que configuran la historia.