Siete personajes reunidos en una fiesta sirven para mostrar hábilmente muchos de los males de la posmodernidad, sin aportar soluciones pero haciendo pensar.
La adaptación de la novela de Irène Némirovsky queda inevitablemente por debajo del original, pero es una película valiosa, que conserva la mirada profunda de la autora hacia el ser humano.
La película triunfadora en el Festival de San Sebastián juega con la realidad y la ficción literaria en un relato hábil, con un componente sexual retorcido y enfermizo.