Nuevo capítulo entretenido de la saga de los X-Men, que esta vez tienen que enfrentarse a una de los suyos, con unos superpoderes que no puede controlar.
La tercera entrega de los X-Men en su versión “joven” es un film entretenido, sin más: la acumulación de superhéroes dándose de bofetadas siempre es resultona.
Redford relata el proceso contra la primera mujer ejecutada en la historia de Estados Unidos, acusada de participar en el asesinato del presidente Lincoln.
Un interesante acercamiento a los últimos días de Tolstói. Pero faltan muchos matices que permitan hacerse cargo de las contradicciones y los delirios del anciano escritor.
Nicholas Garrigan es un joven médico escocés que, buscando nuevas experiencias, se desplaza hacia Uganda en los años setenta para trabajar en la ayuda humanitaria. Nada más llegar debe atender a Idi Amín, el nuevo líder del país, que ha sufrido un aparatoso accidente al chocar su vehículo con una vaca. Este primer encuentro fascina al dirigente y hace que Nicholas se convierta en su médico personal. El joven se deja seducir por la cautivadora personalidad del gobernador y pronto se convierte en su confidente más íntimo. Pero con el tiempo Nicholas se da cuenta de que, detrás del encanto y generosidad de Idi Amín, se esconde un sanguinario y atroz asesino. Su intención es alejarse cuanto antes del horror que esconde uno de los más terribles regímenes de África. Pero quizás ya es demasiado tarde.