Natalidad

Desde su publicación, la encíclica “Humanae vitae” ha recibido insistentes críticas por no admitir la anticoncepción. Cincuenta años después, la realidad muestra que Pablo VI acertó en sus advertencias y sus pronósticos.
El gobierno polaco ha creado un programa de ayudas monetarias para las familias que tengan más de un hijo, y ya asoman los frutos.
Los discursos populistas antiinmigración no resolverán un problema demográfico que depende de las parejas europeas.
Si se mantienen las tendencias demográficas actuales, la inmigración no podría compensar la reducción de la población nacional.
Varios factores están cambiando la percepción de la opinión pública respecto a la planificación familiar natural, sobre la que cada vez hay menos prejuicios.
La crisis económica y la emigración pueden moldear desfavorablemente el futuro de varios países de la UE.
Consciente de su rápido envejecimiento poblacional, Pekín se plantea ofrecer estímulos económicos a las parejas que tengan un segundo retoño.
Aunque no se ha podido establecer una causalidad directa, sí se percibe una fuerte correlación. Las adolescentes mostraron un riesgo superior a la media.
La crisis económica vino acompañada, en los países ricos, de un descenso en la tasa de natalidad. Sin embargo, superado lo peor, la tendencia continúa.
El error de fondo, en China y en otros sitios, es poner los intereses del Estado por encima de la libertad de los padres.
El Essure, un dispositivo fabricado por Bayer, está en el vórtice de las quejas de miles de mujeres.
La muerte de catorce mujeres a resultas de una campaña de esterilizaciones ha servido para recordar que en la India se sigue tratando de imponer el control de la natalidad a los pobres.
Una comisión oficial recomienda convertir el fomento de la natalidad en una prioridad política para revertir el descenso demográfico del país y asegurar su viabilidad económica.
Las regiones con aspiraciones independentistas en Europa necesitan de la población extranjera para asegurar su futuro.
El problema más amenazante para el futuro de la Unión Europea es del que menos se habla: la escasa natalidad. A no ser que los puestos vacíos sean ocupados por esos inmigrantes a los que hoy se intenta parar los pies.
El recurso a la contracepción oral disminuye tras la divulgación hace un año de los riesgos de accidentes vasculares.
La defensa de los “derechos reproductivos de la mujer” ha prestado poca atención a la obstetricia de emergencia.
En Europa hay un déficit de natalidad. Pero en algunos países, como los nórdicos, la fecundidad es bastante más alta que en los mediterráneos.
Las familias con más de dos hijos son una “rara avis” en el panorama español actual: en diez años, su número se ha reducido en casi un tercio. ¿Por qué está desapareciendo el tercer hijo?
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