La Marcha contra el Trabajo Infantil está pasando por diversos países para sensibilizar a la opinión pública. Pero el modo de abordar la cuestión no puede perder de vista las condiciones de los países donde se produce y las aspiraciones de los niños que trabajan. En un artículo publicado en el Daily Telegraph (4-V-98), Duncan Green, autor del libro Hidden Lives: Voices of Children in Latin America and the Caribbean, señala que, aunque la explotación debe ser combatida, muchos niños están satisfechos de poder ganarse la vida y desean que se reconozcan sus derechos. (Ver también los servicios 36/97 y 153/97, sobre las conferencias internacionales de Amsterdam y Oslo dedicadas a este problema).
Se espera que la Convención sobre los Derechos del Niño contribuya a mejorar la situación de los niños en todo el mundo. Pero muchos temen que, de hecho, la aplicación se traduzca en un debilitamiento de la familia.
El problema de muchas familias en que el padre y la madre trabajan fuera del hogar es encontrar quien se ocupe de los niños más pequeños. Para ayudar a resolverlo surgió hace cinco años en Múnich la empresa Familien Service (FS), que busca soluciones a la medida de cada familia. Hoy cuenta con oficinas en las doce ciudades principales de Alemania occidental.