Alan Judd escribe en The Daily Telegraph (25-I-99) que no es prudente trasladar a las niñeras la tarea educativa que corresponde a los padres, ni intentar equilibrar la balanza concediendo a los hijos todo lo que pidan.
La Marcha contra el Trabajo Infantil está pasando por diversos países para sensibilizar a la opinión pública. Pero el modo de abordar la cuestión no puede perder de vista las condiciones de los países donde se produce y las aspiraciones de los niños que trabajan. En un artículo publicado en el Daily Telegraph (4-V-98), Duncan Green, autor del libro Hidden Lives: Voices of Children in Latin America and the Caribbean, señala que, aunque la explotación debe ser combatida, muchos niños están satisfechos de poder ganarse la vida y desean que se reconozcan sus derechos. (Ver también los servicios 36/97 y 153/97, sobre las conferencias internacionales de Amsterdam y Oslo dedicadas a este problema).
Se espera que la Convención sobre los Derechos del Niño contribuya a mejorar la situación de los niños en todo el mundo. Pero muchos temen que, de hecho, la aplicación se traduzca en un debilitamiento de la familia.