Diversos gobiernos están reconociendo públicamente culpas pasadas de sus predecesores y pidiendo perdón a las víctimas. ¿Qué sentido tienen tales gestos? ¿Sirven para algo?
La televisión puede convertirse en una droga que se consume en dosis proporcionales al grado de insatisfacción con la realidad, comenta Theodore Dalrymple, médico británico, en The Daily Telegraph (Londres, 16-VI-97).