El impacto de las nuevas tecnologías en el ámbito de las comunicaciones ha impuesto los mensajes breves, fragmentados y emotivos, empobreciendo el conocimiento.
Sam Leith explica, con ejemplos y de una manera amena, las reglas retóricas básicas y examina por qué resultan tan importantes en el ámbito político o publicitario.
Algunos periodistas que rechazan las “fantasías” de la religión se vuelven crédulos en cuanto aparece un hallazgo que puede contradecir la doctrina cristiana.
Según se observa en Estados Unidos, los chicos de clase modesta no reducen su desventaja escolar al disponer de ordenadores y otros aparatos, porque los usan peor y pierden más el tiempo.
La Iglesia necesita comunicar más a través de historias y testimonios, para superar, en muchos casos, las barreras del desinterés, de la frialdad, del prejuicio.
Michael Buerk, antiguo presentador del telediario de la BBC, denuncia la práctica de elegir a los presentadores de televisión para satisfacer las cuotas que exige el guión de lo políticamente correcto.
Otro de los elementos característicos del superhéroe: la necesidad de un mentor que lo acompañe en su camino de forja y dé sentido a su misión en esta vida.
La tecnología actual nos da la posibilidad de recibir un flujo casi continuo de información. Lo que no nos da es la capacidad de aprovecharlo bien, seleccionar lo relevante y mantener la concentración.
Un congreso sobre la comunicación en la Iglesia rara vez será tan oportuno como en estos tiempos en que el foco mediático se ha centrado insistentemente en las conductas más negativas de algunos miembros del clero. ¿Cómo lograr una estrategia de comunicación atractiva?