El pasado miércoles, un tribunal británico dictaminó que un hospital podía retirar las medidas de soporte vital a una niña de seis años con una enfermedad neurológica degenerativa, algo que rechazaban los padres. El equipo médico consideraba que prolongar su situación era cruel y que no había posibilidad de mejora. El caso ha generado interés por las similitudes con otros, también en Inglaterra, como el de Archie Battersbee este mismo verano, o los de Charlie Gard,
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