Inglaterra: No más bloqueadores hormonales a menores con disforia de género

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La sección inglesa del Servicio Nacional de Salud (NHS) ha anunciado que la aplicación de hormonas bloqueadoras de la pubertad, primer paso de la terapia afirmativa que se sigue a los menores de edad con disforia de género (DG), ya no estará disponible como tratamiento rutinario al menos en Inglaterra, uno de los cuatro países que componen el Reino Unido.

La decisión, anunciada el 12 de marzo y con fuerza legal solo en este territorio, se toma después de que una comisión del National Institute for Health and Care Excellence (NICE), encabezada por la Dra. Hillary Cass, examinara varios estudios que avalaban la aplicación de los bloqueadores hormonales a niños con DG.

Según explica la web del NHS, los bloqueadores se emplean para “detener el progreso de la pubertad y retrasar el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios”. En Inglaterra se ha empleado la triptorelina, originalmente comercializada “para el tratamiento del cáncer de próstata, la endometriosis y la pubertad precoz central”, pero que estaba “fuera de indicación” para casos de niños y adolescentes con DG.

Los resultados de la revisión efectuada por el equipo de la Dra. Cass mostraron que no existían diferencias estadísticamente significativas en cuanto a DG, salud mental, percepción de la propia imagen corporal y funcionamiento psicosocial en los niños y adolescentes tratados con bloqueadores.

Además, se constató que los datos sobre la seguridad “a corto y largo plazo” de los bloqueadores seguían siendo “limitados”, y que dichos fármacos podían “reducir el esperado aumento de la densidad ósea lumbar o femoral durante la pubertad”.

A la vista de estos hallazgos y de otros –el equipo de la Dra. Cass observó irregularidades en los procedimientos de diagnóstico, que ponían muy prontamente a los menores en la senda de los bloqueadores–, el NHS England ha concluido que “no hay suficiente evidencia que respalde la seguridad o la efectividad clínica de las hormonas supresoras de la pubertad como para permitir que en este momento [la terapia] esté rutinariamente disponible”.

El caso Bell, el detonante

La decisión de la sección inglesa del NHS llega después de un proceso judicial que se abrió a finales de la pasada década contra la clínica Tavistock, del Servicio de Identidad de Género (GIDS), en Londres, que aplicaba casi invariablemente un enfoque afirmativo a los casos de menores y adolescentes que deseaban “reasignar” su sexo. El centro pasó de atender 50 pacientes en 2009 a 2.500 en 2020,

La demanda la efectuó Keira Bell, una joven que había presentado síntomas de DG en la adolescencia y que había sido sometida a toda prisa a terapias hormonales para una “reasignación de sexo”. Su queja era que los médicos no podían haber dado por bueno su consentimiento informado a los tratamientos, por cuanto era menor de edad en ese momento.

Dos hospitales pediátricos atenderán a los menores con presunta disforia desde un enfoque diferente al radicalmente afirmativo de la clínica Tavistock

Bell recibió bloqueadores hormonales a los 16 años, tras solo tres citas con el médico del GIDS. Posteriormente, a los 17, se sometió a terapia con hormonas masculinas, y a los 20 se le practicó una doble mastectomía. A día de hoy, todavía debe lidiar con el vello facial y con una voz grave.

En 2020, el Alto Tribunal de Inglaterra y Gales le dio la razón, al sentenciar que era improbable que los menores de 16 años con DG fueran capaces de dar su consentimiento informado para el mencionado tratamiento con bloqueadores. Al año siguiente, sin embargo, la Corte de Apelaciones anuló el fallo y eximió de responsabilidad a la clínica Tavistock.

El caso de esta joven y las conclusiones del Informe Cass, entre otros factores, llevaron en 2022 al NHS a anunciar que la clínica cerraría sus puertas en 2023, lo que, llegado el momento, se pospuso. Según reporta The Guardian, el cierre tendrá lugar a finales de este mes, y dos hospitales pediátricos –el Great Ormond Street, en Londres, y el Alder Hey, de Liverpool– pasarán a atender desde abril a los menores que lleguen con síntomas de DG, si bien, “en línea con las recomendaciones del informe Cass”, la atención tendrá una línea diferente al enfoque estrictamente afirmativo que seguía Tavistock.

¿Y para cuándo Escocia?

La decisión del NHS-England ha sido celebrada, en el Reino Unido, por varias personas e instituciones que se han venido significando en los medios durante varios años por su oposición al enfoque afirmativo.

Una de las primeras voces ha sido precisamente la de Keira Bell, que ha felicitado en X a expertos de la medicina que denunciaban los daños irreversibles de estas terapias. La joven ha querido recordar que los bloqueadores “son fármacos de castración química” y no una “pausa” de la pubertad. “¿Quién va ahora a hacerse responsable del daño que ya se ha ocasionado? Continuaré vigilando para ver cómo prosigue este asunto”.

También LGB Alliance, organización de gais y lesbianas que se opone a la “reasignación” de los menores –en su opinión, si se les dejara en paz, serían adultos homosexuales–, ven con agrado que las instituciones “finalmente” estén dejando atrás “este escándalo médico en desarrollo, con intervenciones experimentales irreversibles administradas a niños vulnerables y con problemas, y a jóvenes LGB en particular, sobre la base de pruebas muy endebles”.

Por su parte, la escritora J. K. Rowling espera que el puñetazo en la mesa que ha dado el NHS en Inglaterra tenga eco en Escocia. La autora ha retuiteado el post de un contacto: “¿Son diferentes los niños escoceses de los niños ingleses? Si la clínica de género de Tavistock no es adecuada para su propósito, ¿cómo puede ser segura la clínica Sandyford [de Glasgow] cuando opera precisamente con los mismos principios que aplicaba la ahora desacreditada clínica Tavistock?”.

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