De padres a hijas sería el título de una novela autobiográfica que el escritor Jake Davis dedicó a su hija Katie, cuando esta tenía cinco años. La película cuenta la historia de la niña y de su padre desde que la mujer de Jake murió en accidente de coche y él, psicológicamente afectado, tuvo que luchar por cuidar de su hija.
La historia transcurre en dos tiempos. En la época actual Katie es psicóloga, y es víctima de tendencias autodestructivas (alcohol y sexo), provocadas por traumas infantiles. Diversos flashbacks recuerdan los sucesos principales de su infancia, en torno al accidente, y la decadencia de su padre. El montaje muestra la relación entre hechos pasados y conducta actual.
Gabriele Muccino ya había abordado la lucha de un padre con problemas por sacar adelante a su crío (En busca de la felicidad), y ahora repite una fórmula que maneja con soltura, evitando la lágrima gracias a los saltos de tiempo y evitando también los detalles sórdidos a los que alude el relato. La cinta se ve con agrado, pero no es comparable con las mejores de Muccino. Lo mismo puede decirse del reparto, buenos profesionales, solventes, pero lejos de sus grandes momentos.