Algunos medios de comunicación han presentado el suicidio del tetrapléjico Ramón Sampedro como la "muerte ejemplar" de los que reclaman el derecho a poner fin a una vida insoportable. La dignidad humana se manifestaría aquí en la autonomía para decidir por uno mismo el momento y la forma de morir. Lo único que lamentan es que el suicidio o la eutanasia tenga que ser todavía en la clandestinidad, debido a que la ley se empeña en no reconocer esta libertad suprema.
A menudo se presenta la eutanasia como un derecho de los enfermos incurables, que pueden preferir la muerte a soportar los sufrimientos. Pero quienes conocen de cerca el caso de estas personas no suelen pensar del mismo modo. La revista Réseau (noviembre 1994), de la Universidad de Quebec, recoge las opiniones de dos especialistas canadienses, una psicoterapeuta y un psicólogo.