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Por qué la OTAN ha decidido considerar la instrumentalización de los flujos migratorios como “amenaza híbrida”

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El nuevo concepto estratégico de la OTAN, que establece la estrategia de la alianza militar para los próximos años, incluye, por primera vez, “la instrumentalización de la migración” como una amenaza híbrida. En la teoría, esto habilitaría la activación del artículo 5 frente a determinados flujos migratorios. En la práctica, su aplicación podría ser más compleja. 

Elevar la inmigración a categoría de amenaza híbrida la convierte, según la definición del Real Instituto Elcano, “en una acción coordinada y sincronizada que ataca deliberadamente vulnerabilidades sistémicas de los Estados y sus instituciones a través de una amplia gama de medios y en distintos sectores objetivo”. Junto a la instrumentalización de la migración, el concepto recoge también la desinformación o la manipulación del suministro de energía entre este tipo de amenazas.

El documento del concepto recoge que “las operaciones híbridas contra los Aliados podrían alcanzar el nivel de ataque armado y podrían llevar al Consejo del Atlántico Norte a invocar el Artículo 5”, pilar de la Alianza que establece que un ataque a un miembro de la OTAN representa un ataque a todas las naciones de la organización. 

Cómo se ha llegado al nuevo concepto

La inclusión de la instrumentalización de la migración como amenaza híbrida ha sido celebrada por España. El ministro de Asuntos Exteriores, Manuel Albares, ya advirtió que empujaría para que el nuevo concepto le diera a la inmigración la categoría de amenaza híbrida y, en su intervención en la Cumbre, aseguró que podía ser un “arma” contra los países.

Es inevitable pensar en el año pasado, cuando Marruecos permitió la entrada por Ceuta de unas 10.000 personas en menos de dos días. La crisis habría sido motivada como una represalia por la decisión de España de acoger al opositor político Brahim Gali para ser tratado en un hospital. Albares, sin embargo, ha asegurado que la medida no pretende ser “ofensiva contra nadie”.

Lo cierto es que no es solo España el país satisfecho con la inclusión, sino que la utilización política de los migrantes lleva siendo una preocupación para la Unión Europea desde hace tiempo, según explica Mira Milosevich, investigadora principal del Real Instituto Elcano y profesora asociada de Russia’s Foreign Policy del Instituto de Empresa, a Aceprensa.

Milosevich explica que el interés de la UE por este conflicto se intensificó en 2015, con la llegada de migrantes que huían de la guerra de Siria a sus fronteras. La investigadora señala que Rusia aprovechó la coyuntura para explotar en sus campañas de desinformación la vulnerabilidad europea debido a su división a la hora de hacer frente a la crisis migratoria. Alemania se quedó prácticamente sola en su decisión de abrir sus puertas a más de un millón de refugiados y, finalmente, la UE se retrató cuando decidió pagar a Turquía para que blindara el paso de los migrantes a Grecia.

En 2020, el presidente de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko, empezó a organizar traslados de refugiados bajo la promesa de que podrían entrar en los países occidentales, creando así una crisis en las fronteras de Lituania, Letonia y Polonia. El motivo, explica Milosevich, es la venganza contra esos países por no reconocerle como presidente oficial tras las elecciones bielorrusas, dañar la imagen de la UE y obligarle a pagar como ya pagó a Turquía.

Aviso más que solución

La utilización de la migración como instrumento político es una amenaza para la seguridad, asegura Milosevich. En el caso de la UE, explota una de sus mayores vulnerabilidades, lo que a su vez es utilizado en campañas de propaganda antieuropeas por países como Rusia.

Sin embargo, la investigadora duda de que la inclusión de la inmigración como amenaza híbrida en el concepto sea la solución al conflicto. En teoría, permitiría activar el artículo 5 al ser considerado un acto de agresión. En la práctica, Milosevich asegura que “difícilmente” visualiza un escenario en el que esto se vaya a hacer efectivo.

La investigadora asegura que, a pesar de todo, la UE es reacia a emplear este tipo de medidas frente a la inmigración y recuerda que ha rechazado financiar muros en las fronteras de los países como Lituania, que lo han solicitado ante la presión migratoria.

La Unión Europea ha contribuido a ser chantajeada por dictadores y autócratas con la inmigración al apostar por pagar para mantener a los migrantes al otro lado de sus fronteras

Milosevich cree que el nuevo concepto sirve más para dar un aviso a los países que emplean estas tácticas híbridas, pero lamenta que no haya un desarrollo de cómo se ejecutarían las medidas en caso de ser necesario. Además, la experta sugiere que, en la cuestión de la migración, se mezcla también un rechazo que tiene que ver más con lo identitario que con la seguridad. Es decir, no se trata de bloquear la migración irregular en general, sino en concreto la de los países árabes que importarían la cultura musulmana. Ante eso, advierte la analista, claramente no se puede invocar el artículo 5.

Un buen momento para que la UE adopte su propia ley

En definitiva, la OTAN no es la solución al problema migratorio ni debe serlo, asegura Milosevich. Además, en cierta manera, la Unión Europea ha contribuido a ser chantajeada por dictadores y autócratas con la inmigración al apostar por pagar para mantener a los migrantes al otro lado de sus fronteras.

Sin embargo, podría ser un buen momento para que los países llegaran a un consenso y adoptaran una ley común de asilo político e inmigración. Al encontrarse con la situación en su propio territorio, países como Polonia, que se negaron en su momento al reparto de refugiados sirios, han suavizado ahora sus posturas.

Por su parte, aunque la guerra de Ucrania ha intensificado las críticas de los que señalan la hipocresía de Europa, que sí que está dispuesta a acoger a migrantes culturalmente más próximos a Occidente, también ha demostrado que es capaz de una solidaridad eficaz cuando actúa de forma coordinada.

La clave es, cree Milosevich, la creación de una ley que termine con la vulnerabilidad de la Unión Europea. Y, a la vez, sea consciente de que los principales afectados son siempre los propios migrantes.

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