La pandemia, al hacer evidente la fragilidad humana, ha puesto de relieve a la vez la necesidad y el valor del trabajo de los que cuidan a otros. Esto invita a acercarse a la “ética del cuidado”, una corriente de pensamiento moral, social y político que ve en la vulnerabilidad de las personas y la solicitud por ellas un aspecto esencial de la vida individual y colectiva. La ética del cuidado forma ya un cuerpo de doctrina, elaborado principalmente por
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