Tradicionalmente, la ayuda al desarrollo se ha vertebrado a través de la canalización de recursos públicos. Pero, como se han encargado de destacar las sucesivas Conferencias Internacionales sobre la Financiación para el Desarrollo, organizadas bajo el amparo de la ONU, estas ayudas no resultan suficientes para aliviar la pobreza de los países que se encuentran estancados.
A raíz de la recesión de 2007, las donaciones internacionales se redujeron considerablemente. En cambio, las metas de ayuda e inversión subieron mucho con la adopción en 2015, por la Asamblea General de la ONU, de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible, tan ambiciosa como costosa desde el punto de vista económico.
Como la consecución de los Objetivos de Desarrollo S…
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