Giacomo Mazzariol tiene veinte años y estudia filosofía en Roma. En Mi hermano persigue dinosaurios cuenta dos historias: la su hermano Gio (Giovanni), de trece años, con síndrome de Down, y la suya propia, la de un chico joven, diecisiete años, que se decide a escribir un libro que ha resultado un éxito en Italia. Mazzariol relata su adolescencia y, en ese sentido, es de los mejores libros que se pueden leer hoy sobre esa edad cuando transcurre en una familia normalmente feliz.
Gio nació cuando Giacomo tenía cinco años. Es de una familia de Castelfranco Veneto, ciudad de treinta y tantos mil habitantes, a una hora de Venecia. Cuando nace Gio ya estaban Alice, Chiara y Giacomo. Los padres, Katia y Davide, sabiendo de antemano cómo sería el niño, prepararon a sus hijos: iban a tener un hermano muy especial. Y cuando nace y Giacomo lo ve dice: “¿Por qué lo habéis hecho chino?”
El libro narra cómo Giacomo, al principio, no se atrevía a hablar de su hermano con sus amigos, en el colegio, casi como si no le gustara que lo supieran. Tuvo que pasar por ese ocultamiento para que después pudiera querer tanto a su hermano, como lo demuestra en este libro singular.
Junto a la historia de Gio está la del propio Giacomo. Gracias a un vídeo que hizo sobre su hermano, muy visitado en YouTube (ver abajo), le ofrecen la posibilidad de escribir el libro. Es una historia directa, sencilla, pero no propiamente una autobiografía, sino una novela. Son capítulos breves, que discurren bien, en el entrelazamiento de las dos historias.
Destaca, sobre todo, la alegría de ese hermano tan especial, algo que suele darse en este tipo de personas. Gio es cariñoso, amable, terco a veces, amigo de hacer inocentes payasadas.