Una versión de esta reseña se publicó en el servicio impreso 79/13 La lectura de La hora violeta es como un uppercut que llega derecho al corazón. Sergio narra su propio dolor como padre que acompaña a su hijo Pablo en el hospital durante un año, hasta que le diagnostican un raro tipo de leucemia y fallece. Este tiempo de dolor profundo se interpreta y regula literariamente, se le da profundidad temporal y dimensión filosófica pero sin recursos religiosos. El
Suscripción
Contenido Oculto
Suscríbete a Aceprensa o inicia sesión para continuar leyendo el artículo.
AccederSuscripción