Erik Varden es obispo de Trondheim (Noruega), monje cisterciense y ensayista, pero antes fue agnóstico, luterano y profesor de Teología en la prestigiosa universidad de Cambridge. Su bibliografía no es muy amplia, pero es de una profundidad fuera de lo común. Dos de sus cuatro libros publicados hasta el momento se han traducido al castellano: La explosión de la soledad y ahora, Castidad. La mística del monasterio, la poética, los clásicos y la música son algunos de temas transversales en su obra.
Castidad no es un libro de lectura espiritual ni un manual sobre cómo alcanzar la virtud, sino que va mucho más allá. A lo largo de sus apenas 150 páginas, Varden hace una presentación muy atractiva de la sexualidad humana desde sus raíces más profundas: el deseo de amar y de ser amado que todo hombre lleva en su corazón. Como el propio subtítulo indica –“La reconciliación de los sentidos”–, lo que propone es precisamente mirar esta virtud y el placer, concebidos durante largo tiempo como negación, como un camino de reconciliación con el propio yo y sus anhelos. En general se puede apreciar en todos los temas que va tocando una gran delicadeza: no compromete la verdad de las cosas, sino que la presenta de manera sumamente amable.
La argumentación parte de los fundamentos antropológicos, como la complementariedad entre hombre y mujer, la soledad originaria que todos hemos experimentado alguna vez o la búsqueda de eternidad y permanencia que deseamos para el amor en nuestra vida, sea cual sea el estado de cada persona. Aunque Varden es obispo católico, gran parte del libro y sus razones pueden ser compartidas e incluso vividas por aquellos que no sean creyentes. Los momentos en los que habla del matrimonio, lo masculino y lo femenino, las consecuencias de la sexualidad desenfrenada, el problema de la soledad, los abusos sexuales en tantos ámbitos de la sociedad o la lacra de la pornografía son muestra de ello. El uso de las referencias literarias y poéticas es recurrente, lo que demuestra la amplia cultura del autor.
No se trata de un ensayo sencillo. Requiere una lectura atenta y pausada, e incluso podríamos decir que el libro merece ser releído y subrayado para captar todos los matices y la profundidad que encierra. Esperemos que la buena acogida que ha recibido en España sirva de precedente para que a partir de ahora lleguen sus ensayos a nuestro país.