La madre de la joven Ida acaba de fallecer en un accidente de tráfico, y los servicios sociales instan a la chica a que se vaya a vivir con su tía y sus primos. Ella no recibe la noticia con agrado, ya que presume que la vida en este nuevo hogar no va a ser nada fácil.
Algunos han citado la película australiana Animal Kingdom (2010, David Michôd) como referente de este filme por el tono y la temática. La atmósfera es muy similar: una familia de lazos muy fuertes y una rutina diaria marcada por la tensión permanente y la aparición fulminante de una violencia explosiva. Pero en esta ocasión, la contención nórdica hace que el espectador tenga que reconstruir demasiadas piezas del puzle.
Estamos ante una de esas películas que hace de la elipsis un pretexto, más que un recurso cinematográfico. El reparto cumple con su función de dejar espacio a la imaginación del espectador con intérpretes tan fascinantes como la protagonista de la serie Borgen (Sidse Babett Knudsen) o la joven Sandra Guldberg Kampp (vista recientemente en la serie de Netflix, The Rain), que está espléndida en su desconcierto adolescente. Pero a ese espacio le falta hondura, sugerencia y creatividad en el guion.
Más sugestiva es la planificación que ofrece la joven realizadora Jeanette Nordahl, que está cosechando muy buenas críticas con la serie de historias cruzadas sobre terrorismo Cuando el polvo se asienta, también disponible en Filmin.