Una historia del Bronx

TÍTULO ORIGINAL A Tale from the Bronx

DIRECCIÓN

GÉNEROS

Director: Robert De Niro.Intérpretes: Robert De Niro, Chazz Palminteri, Lillo Brancato, Francis Capra.

Robert De Niro, después de fundar Tribeca, su propia productora, da el paso de dirigir su primer film. Sin los titubeos propios del novato, logra excelentes resultados, gracias a una historia cercana -él se crió en el mismo lugar donde transcurre el film-, basada en una obra teatral de Chazz Palminteri. Éste, conocido sobre todo como actor en Balas sobre Broadway, de Woody Allen, adapta su propia obra, concebida para que un solo actor interprete a 24 personajes. Los dos actores-autores italoamericanos se reservan además papeles de peso en la película.

En los años 50, un muchacho vive en el barrio neoyorquino de la Pequeña Italia. Dos figuras tienen especial relieve en su infancia: su padre (Robert De Niro), un honrado conductor de autobús; y el gangster amo del barrio (Chazz Palminteri), que ejerce sobre él una creciente fascinación. Conforme se va haciendo mayor, el chico ha de enfrentarse a cuestiones que nunca se había planteado: actuar con criterio propio, y no según lo que determine la pandilla; y amar, por encima de convenciones sociales racistas.

De Niro y Palminteri urden una historia de iniciación a la vida cuyos primeros pasos recuerdan a Uno de los nuestros de Martin Scorsese. Pero el enfoque es completamente diferente. Frente al cinismo desencantado de Scorsese, aquí hay humanidad y sentimientos, bañados en la nostalgia de la infancia. Además, se plantean dilemas morales de entidad, sin caer en elementales didactismos. La violencia se encuentra presente, pero no es gratuitamente salvaje ni irracional.

Lo más atractivo del film, por encima de las estupendas ambientación y fotografía, son las relaciones entre los personajes. El protagonista -muy bien interpretado por dos desconocidos, el niño Francis Capra y el joven Lillo Brancato- parece como si tuviera dos padres. Uno, el verdadero, trata de conducirle por los caminos de una vida honesta. El otro, a pesar de ser un delincuente, no busca en él un sucesor o imitador; le da trabajos de poca monta, a la vez que le ayuda a forjarse su personalidad. Los sentimientos paternalistas pugnan en el gangster con su natural desconfianza hacia todos, hasta alcanzar uno de los momentos más logrados de la película.

José María Aresté

Contenido exclusivo para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.

Funcionalidad exclusiva para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta para poder comentar. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.