The Company

Director: Robert Altman. Guión: Barbara Turner. Intérpretes: Neve Campbell, Malcolm McDowell, James Franco, Barbara R. Robertson, Gerald Arpino. 112 min. Adultos.

DIRECCIÓN

GÉNEROS

Esta película cuenta, en tono de documental, un año en la vida del Joffrey Ballet de Chicago. Los ensayos y las funciones se mezclan con actuaciones individuales de sus bailarines o de los directores: un contrato, un proyecto, un romance, estrellas veteranas se retiran y surgen otras nuevas, un buen espectáculo exige mucho trabajo y sacrificio; artistas de talla mundial viven en pésimas condiciones porque están mal pagados… Los personajes principales son Ry (Neve Campbell), que encarna a una joven promesa; Harriet (Barbara E. Robertson), una bailarina veterana a quien queda poco tiempo sobre las tablas; Josh (James Franco), cocinero y amante de Ry, y Alberto Antonelli (Malcolm McDowell), director artístico de la compañía, personaje creado a imagen de Gerald Arpino, legendario director y coreógrafo del ballet Jeoffrey (e imagen de Robert Altman en esta película). La anécdota principal que llena esta bella cinta es la realización del ballet La serpiente azul, una alocada idea de un coreógrafo canadiense, carísima por otra parte. En un principio nadie está contento: el presupuesto es excesivo; el tema y el attrezo, ridículo; el autor, pedante insoportable. Sin embargo Antonelli cree ver algo en el proyecto, todos ponen manos a la obra y el resultado es un gran espectáculo.

Bajo su aire documental, The Company es una película sobre la creación artística en general y sobre el modo en que Robert Altman la concibe, so capa de ballet. De modo espontáneo la cámara entra naturalmente en una obra en la que más de cincuenta actores tienen algún parlamento, y les dedica el tiempo justo, con tanto desapasionamiento en los ensayos, romances o incidentes profesionales (la rotura del tendón de aquiles de una bailarina, por ejemplo) que roza la ofensa. Lo que importa, en definitiva, es la obra en la que todo el mundo está comprometido.

De todas formas, el guión, dramáticamente esquemático, deja que desear.

Fernando Gil-Delgado

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