Director: Robert Schwentke. Guión: Peter A. Dowling y Billy Ray. Intérpretes: Jodie Foster, Peter Sarsgaard, Sean Bean, Erika Christensen, Kate Beahan, Marlene Lawston. 98 min. Jóvenes. (V).
Una mujer que acaba de enviudar en circunstancias dramáticas viaja de Berlín a Nueva York para enterrar a su marido y emprender una nueva vida. Con ella va su hija de 6 años. Y la niña se pierde en pleno vuelo… Todo parece indicar que la madre está trastornada porque nadie ha visto a la niña, pero el capitán del avión y el responsable de la seguridad dan crédito a la angustiada madre.
Sólido «thriller» psicológico del alemán de 37 años Robert Schwentke («Tattoo») que ha contado con un magnífico reparto y una cuidadísima puesta en escena (decorados, sonido, fotografía), que mezcla elementos ya usados en películas recientes como «Misteriosa obsesión» y «La habitación del pánico». Foster, espléndida en su madurez, vuelve a demostrar su enorme talento y cuenta con la colaboración de dos estupendos actores, Sean Bean y Peter Sarsgaard. El coguionista Ray («La guerra de Hart», «Sospechoso Cero») se estrenó en la dirección con la reciente «El precio de la verdad», aquella sobre el caso del periodista que inventaba reportajes.
El diseño de producción de la cinta es tan minucioso que ayuda a irse metiendo en una trama de lo más inverosímil caracterizada por un creciente clima de opresión . La planificación, la iluminación, el esmero de los decorados potencian la atmósfera inquietante de una película con un guión muy justo que, como todas las de este género de rompecabezas («Cellular» es la más reciente), se vendrían abajo de no contar con buenos actores y una realización efectista.
Ana Sánchez de la Nieta