Los habitantes de una aldea tienen que solucionar un lío con unos ladrillos. Caballo, Cowboy e Indio comparten su vida pastoril en una pequeña granja. Acostumbrados al diseño por ordenador, tienen mucha gracia el uso de la técnica del stop-motion y los bonitos y sencillos fondos de esta película artesanal, llena de vitalidad y simpatía.

Son desternillantes los doblajes originales (los propios directores doblan al Cowboy y al Caballo) de los personajes de una ingeniosa historia, con momentos de un humor chispeante. El origen del largometraje fue una serie de televisión de 20 minicapítulos, emitidos en 2000.

Aubier y Patar logran una comedia de animación muy ágil, que hará reír a mayores y pequeños con su enloquecido tono Avery, en versión belga. Y conviene no perder de vista que más allá de la técnica, el guión es muy importante. Y en esta película hay un guión verdaderamente estupendo: basta considerar la vigorosa presentación de los personajes y su relación hasta el primer punto de giro.

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