Oh, Jerusalén

Guión: Elie Chouraqui, Didier Le Pêcheur. Intérpretes: J.J. Feild, Saïd Taghmaoui, Maria Papas, Ian Holm, Patrick Bruel. 100 min. Jóvenes. (V)

TÍTULO ORIGINAL Ô Jerusalem

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GÉNEROS

La historia comienza en Nueva York, hacia el final de la Segunda Guerra Mundial. Dos judíos de Manhattan, Bobby y Jacob, conocen y se hacen amigos de Said, palestino musulmán. La amistad crecerá fuerte y superará la partición de Tierra Santa, el final del mandato británico y el nacimiento del Estado de Israel, a pesar de que su idealismo les impulse a participar en esos acontecimientos, militando en bandos contrarios.

El guionista y director frances Elie Chouraqui (Las flores de Harrison) adapta el casi olvidado best seller de Dominique Lapierre y Larry Collins, que narra minuciosamente, de forma documental, la creación del Estado de Israel. A cuarenta años de distancia se puede apreciar una intención diferente respecto del original; allí donde los escritores se limitaban a contar cómo se llegó a la situación contemporánea a la publicación (1967), los guionistas de la película lamentan el muro de odio que separa árabes y judíos y parece impedir cualquier solución a corto y medio plazo.

La narración es amena. Alterna los puntos de vista judío, árabe y británico, rivales en la lucha por Jerusalén, y destaca los temas del valor, el terrorismo, la política y la honradez. Evita la frivolidad, el maniqueísmo y la toma de partido en un escenario tan peliagudo como el de Oriente Medio.

Oh, Jerusalén no llega a ser la gran película que debería por dos serios lastres. En primer lugar por sus límites de producción: ha sido realizada con un presupuesto corto y le falta grandiosidad. Con los medios a su alcance, el director hace maravillas y logra un gran verismo en los pasajes bélicos, aunque con una puesta en escena austera. En otro orden de cosas, el didactismo del guión, valioso en sí mismo, habría necesitado un poco más de sutileza: no haría falta repetir tanto la lección, ni simplificar a los protagonistas, excesivamente arquetípicos, reducidos al papel de mensajeros de una bella idea. Con todo, una buena película, que entretiene y enseña.

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