Se ha estrenado comercialmente este impactante documental, dirigido por el veterano cineasta español Jaime Camino y que obtuvo un premio en el pasado Festival de Valladolid. En él se aborda el drama humano de tantos niños vascos que al comenzar la Guerra Civil fueron enviados a la Unión Soviética y que, en el mejor de los casos, no reencontraron a sus padres hasta veinte años después. El documental se basa en declaraciones de algunos de los hoy casi ancianos protagonistas de aquellos hechos, y en imágenes de la época. Los niños de Rusia es muy emotivo y sincero, y muestra las luces y sombras de tales acontecimientos. Aquellos niños y niñas que idealizaban la Rusia comunista se fueron con la idea de regresar a España enseguida. La victoria de Franco y el estallido de la Guerra Mundial echarían por tierra todas sus esperanzas. Acabada la guerra, fue Stalin el que no les dejó salir hasta que en 1956 la ONU le instó a hacerlo. Aquellos niños ya eran adultos, muchos casados y establecidos.
Muy bien narrado y construido por Jaime Camino, cineasta de no disimulada trayectoria izquierdista, en ocasiones el documental carga las tintas en su presentación de la Iglesia católica como supuesta aliada del fascismo y de la pobreza. De todas formas, su valor y peso están en la experiencia humana que muestra y en la inquietante reflexión a la que irremediablemente aboca.
Juan Orellana