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Los chicos están bien

GÉNEROS,

PÚBLICOAdultos

CLASIFICACIÓNLenguaje soez, Sexo

ESTRENO09/07/2010

Hay veces que no consigues creerte lo que están tratando de contarte. Es lo que me ha pasado con Los chicos están bien: la película no me resulta verosímil en ningún momento.

Aquí está el principal escollo de una cinta que tampoco me parece que destaque por nada en especial: ni por su montaje, ni por su banda sonora, ni por su ritmo. Tiene dos grandes actrices, eso sí, pero ni siquiera ellas levantan una película que no se distancia mucho de una TV movie de cierto empaque. Y aunque sean dos grandes intérpretes, no consiguen hacer creíble que sean un matrimonio feliz y consolidado de lesbianas. Ni su liberalidad y desinhibición en el tratamiento del sexo, ni el buen rollismo del donante, ni su rápida inserción en la familia y la aceptación rendida de sus hijos adolescentes, favorecen que uno se crea la normalidad de este modelo de familia tan ejemplar que resulta irreal.

Pero el grado de incredulidad rompe todas las barreras cuando un imposible lío de faldas, o de pantalones según se mire, acaba con un discurso de lealtad matrimonial al que solo le falta un himno al final. Todos somos buenos y aquí no ha pasado nada. Si en vez de una familia homoparental fuera una de hombre y mujer, lo veríamos como una historia plagada de tópicos.

Leo que la californiana Linda Cholodenko, que dirige la película, es lesbiana y madre por inseminación artificial… entonces entiendo el discurso didáctico y el compromiso ideológico de gran parte de los diálogos. En realidad entiendo casi todo, excepto las nominaciones al Oscar.

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