La joven de la perla

TÍTULO ORIGINAL Girl with a Pearl Earring

DIRECCIÓN

GÉNEROS

Director: Peter Webber. Guión: Olivia Hetreed. Intérpretes: Scarlett Johansson, Colin Firth, Tom Wilkinson, Judy Parfitt, Cillian Murphy, Alakina Mann. 95 min. Jóvenes.

En 1665, el pintor holandés Johannes Vermeer pintó uno de los retratos más celebrados de la historia del arte, «La joven de la perla». El emblemático cuadro, expuesto en la pinacoteca de La Haya, es una de las cuarenta obras de Vermeer que han llegado hasta nosotros. La película, con una magistral fotografía del portugués Eduardo Serra -premiada en el Festival de San Sebastián-, recrea la gestación de la obra maestra con un recital interpretativo facilitado por el inteligente guión adaptado de la novela homónima de Tracy Chevalier (ver servicio 69/01), que fabula con amenidad y un aire de misterio la relación entre una joven sirventa y el pintor.

Griet, hija de un ceramista protestante, tiene que ponerse a servir en casa de una familia adinerada y católica de Delft, ciudad holandesa de mayoría luterana. Maria Thins, la suegra del pintor, se afana por conseguir, entre los burgueses adinerados, nuevos encargos para el marido de su hija, madre de una familia numerosa, nuevamente embarazada. Vermeer no es un pintor rápido, y se consagra a su tarea con un perfeccionismo abrumador.

La luz de la ciudad, del estudio del artista, se atrapa con una precisión pareja a la lograda por la célebre cámara oscura del pintor de Delft, que se hizo católico al casarse, en 1653. Ciertamente, el retrato de la familia Veermer que hacen la novela y la película resulta fantasioso y un pelín injusto, como se desprende de la lectura de literatura especializada (véanse las reflexiones del historiador del arte Valeriano Bozal en Johannes Vermeer de Delft, cfr. servicio 42/03).

La película opta a los Oscar en los apartados de fotografía, dirección artística y vestuario. Inolvidable paseo, al ritmo oportuno, por la delicada obra de Vermeer, con una soberbia y ubicua Scarlett Johansson (Lost in Translation) y un imponente Colin Firth, taciturno y reconcentrado. Un verdadero regalo para la vista el que nos ofrece el británico Peter Webber, que apreciarán especialmente los amantes de la pintura.

Alberto Fijo

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