Director: Jan de Bont. Guión: David Self. Intérpretes: Lili Taylor, Liam Neeson, Catherine Zeta-Jones, Owen Wilson, Bruce Dern, Marian Saldes. 113 min. Jóvenes.
Después de ganarse un merecido prestigio como director de fotografía, el holandés Jan De Bont debutó como realizador en la notable Speed. Más tarde, su trabajo detrás de la cámara perdió bastantes enteros en Twister y Speed 2. Esta baja forma se confirma, al menos en parte, en La guarida, donde De Bont desaprovecha un argumento sugerente y un reparto y un equipo técnico de primera categoría.
La película está basada en la novela The Haunting of Hill House, de Shirley Jackson, que ya fue llevada al cine en 1963 por Robert Wise. Relata las angustiosas aventuras de un grupo de personas con insomnio -dos hombres y dos mujeres-, que coinciden en una lúgubre mansión sobre la que pesa una siniestra leyenda, en torno al fantasma de un asesino de niños. Allí han sido convocadas por un psicólogo que, en realidad, quiere estudiar en ellas las raíces del miedo.
Los fascinantes decorados de Eugenio Zanetti, la inquietante música de Jerry Goldsmith, el esfuerzo de unos actores excelentes -entre los que sobresale Lili Taylor- y la vigorosa realización de Jan De Bont permiten que la historia se adentre inicialmente con decisión por los mejores senderos del cine clásico de intriga y terror. Sin embargo, poco a poco, el asunto pierde interés: diversos personajes salen de escena sin ton ni son, se abandona torpemente la interesante reflexión sobre la maternidad esbozada en el arranque, y la trama se embarulla, hasta concluir en un pseudosobrenatural, caótico y empalagoso maremágnum de efectos digitales. De todos modos, quizá guste a los incondicionales del género.
Jerónimo José Martín