Isabel

GÉNEROS

PÚBLICOTodos los públicos

CLASIFICACIÓNLenguaje soez, Violencia, Sexo

ESTRENO10/09/2012

Producida por Diagonal TV, una empresa audiovisual catalana que pertenece a Endemol, el poderoso grupo multinacional, Isabel es una serie que, desde el pasado 10 de septiembre, emite La 1 de TVE (se puede ver por Internet: http://www.rtve.es/alacarta/videos/isabel/). Al momento de escribir este comentario, se han emitido los tres primeros capítulos de los 13 que integran la primera temporada, que se cerrará el 3 de diciembre.

La serie se ha puesto en antena con un retraso de 8 meses: la propia cadena pública española había anunciado el estreno para enero pasado, concluida una temporada de la exitosa pero no especialmente buena Águila Roja.

Los tres primeros capítulos de Isabel han tenido una audiencia media de 3,8 millones de espectadores y han generado bastantes comentarios en la prensa española.

La futura Isabel la Católica
Isabel cuenta la vida de Isabel de Trastámara, futura reina de Castilla, desde su niñez hasta la coronación en Segovia, en diciembre de 1474, cuando tenía 23 años. Isabel reinaría 30 años hasta su muerte. Lo previsto es que la primera temporada concluya con la subida al trono.

La posibilidad de una segunda temporada dependerá, según las declaraciones de los directivos de Diagonal y de TVE, del éxito de la primera y de que se pueda manejar un presupuesto similar.

Cualquiera que conozca, aunque sea de manera elemental, ese periodo de la historia de lo que aún no era España, comprenderá que afrontar una serie con ese argumento es tentador. Guerras, intrigas palaciegas, traiciones, envenenamientos, actos leales y heroicos, otros desleales, nobles altivos que no quieren perder su cuota de poder ante una monarquía que pretende someterlos, órdenes militares, legados papales, obispos, judíos, gente de fe sincera, amplios territorios de la península Ibérica dominados por los musulmanes… Se comprende que uno de los más grandes especialistas en los Reyes Católicos, el catedrático Luis Suárez, publicara cuatro apasionantes volúmenes con casi 1.300 páginas.

(Datos actualizados a 5-02-2014)

Ficción con historia verdadera
Los siglos XV y XVI españoles tienen argumentos para series de televisión y películas de cine en abundancia (no olvidemos que además de Isabel, están su marido Fernando, el habilísimo monarca de Aragón y probable inspirador de El Príncipe de Maquiavelo), Carlos V, Felipe II y la epopeya americana de los Colón, Cortés, Pizarro, etc. Los productores de esta serie parecen haberse dado cuenta de lo poco y casi siempre mediocre que se ha hecho hasta ahora.

La idea parte de Javier Olivares, el creador y guionista de la serie, que ha escrito una novela de casi 600 páginas, Isabel (La apasionante lucha de una mujer por llegar a ser reina) que viene a ser lo que en el argot profesional del audiovisual se llama la biblia de la serie.

El realizador, ducho en series históricas realizadas por la productora Diagonal, es Jordi Frades (14 abril. La República, La señora). Otra serie de Diagonal es Amar en tiempos revueltos, que después de años en TVE pasa con otro título a Antena 3.

Isabel cuenta con un reparto excelente. Hacía muchos años que una serie (o una película) española de época no tenía actores tan solventes. Empezando por la propia Isabel, que encarna con carisma y presencia la joven Michelle Jenner. Todos ellos usan (y me parece un acierto notable) un castellano lo suficientemente parecido al de la época para que lo que dicen suene coherente. Los diálogos tienen mucha fuerza y, por lo general, verosimilitud.

Los tres primeros capítulos de “Isabel” contienen sustancialmente una historia verdadera

En este particular es obligado detenerse. Una serie de TV no es una clase de historia, tampoco un documental. La dramatización de la historia introduce elementos de ficción. Eso siempre ha sido así. Los tres primeros capítulos de Isabel, vistos por quien conoce el relato histórico, contienen sustancialmente una historia verdadera, personajes verdaderos. Y la historia y los personajes son apasionantes, están llenos de interés.

Comparar Isabel con Hispania, Imperium y Los Tudor es razonable y pertinente, pero hay que matizar. Evidentemente, por estrategia de producción, Isabel tiene concomitancias con las series citadas, pero es un producto distinto.

En Hispania e Imperium hay mucha menos presencia de hechos históricos que en Isabel. Y Los Tudor es un culebrón hipersexualizado que de intento se enclaustra en un palacio para que todo sea más barato y fácil.

Hay en los tres primeros capítulos de Isabel unas secuencias de sexo explícito que no vienen a cuento y no aportan absolutamente nada. Nadie con dos dedos de frente y un poco de buen gusto necesita un desnudo de la reina Juana para entender que su hija sea llamada más adelante Juana la Beltraneja; tampoco una violación a cargo de Pedro Girón y una blasfemia atroz para que quede claro que es “malo” y que Isabel no quería casarse con él.

Espero que los productores de la serie, que se empezó a rodar en verano de 2011, se den cuenta del daño que puede hacer a su producto que el debate se centre en algo tan plano y banal como el sexo explícito, que –como han dicho muchos grandes cineastas– lo que hace es distraer al espectador de lo importante. Es injusto meter esta serie en el mismo saco de la mediocre y ridícula Toledo, porque, a mi juicio, es bastante mejor. Compararla con Juego de tronos es lisa y llanamente dar un salto en el vacío: me parece que habría que tender primero un puente para poder matizar muchas cosas, porque son productos muy distintos por el material de partida y por el tratamiento.

En las manos de los productores y de TVE, que a fin de cuentas es quien paga, está lograr que Isabel sea una serie de prestigio, fácilmente vendible en otros países, sobre un periodo histórico apasionante.

La buena realización, el cuidado diseño de producción, el excelente reparto, la calidad del texto en muchas escenas juegan a favor. Veremos.

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