Independence Day

Guión: Dean Devlin y Roland Emmerich. Intérpretes: Will Smith, Jeff Goldblum, Bill Pullman, Mary McDonnell, Randy Quaid. 140 min.

DIRECCIÓN

GÉNEROS

Seres de otros mundos atacan la Tierra. Los extraterrestres no son como los describió Spielberg en E.T o Encuentros en la tercera fase. Se parecen más al monstruo de Alien o a las criaturas que H.G. Wells describió en La guerra de los mundos. Los hombres deben aunar esfuerzos si quieren resistir a un invasor superior en fuerza y tecnología; bajo el liderazgo de los Estados Unidos, naturalmente.

Roland Emmerich y Dean Devlin -el primero director, el segundo productor, ambos guionistas- han concebido un grandioso espectáculo de entretenimiento, un tebeo fílmico, plagado de citas cinematográficas. La guerra de las galaxias -homenajeada ya por Emmerich en El secreto de Joey y en Stargate- se revela como modelo principal en la aparición en el firmamento estrellado de una enorme nave espacial, remedo de La Estrella de la Muerte, o en la lucha entre la flota alienígena y los cazas norteamericanos. Los efectos especiales alcanzan asombrosas cotas de calidad.

Emmerich dirige con soltura la película en su primera parte. Dibuja con acierto el clima de pánico y asombro que envuelve al mundo entero, a la vez que presenta los distintos personajes. La decisión de dar a entender la presencia de las naves, primero por sus sombras, luego por las nubes de humo que las envuelven, hasta finalmente enseñarlas, es de una gran eficacia. Sin embargo, después del primer enfrentamiento entre terrícolas y extraterrestres algo se rompe en el engranaje del film. Se cede a un humor eficaz sólo de modo aislado, que resta tono dramático a la historia. Además, al desarrollar la trama, Emmerich y Devlin confunden la simplicidad con la simpleza, lo patriótico con lo patriotero; de modo que algunas situaciones no se sostienen y se tornan risibles. Uno no tiene más remedio que sentirlo, porque la película quedará para la historia como fenómeno de masas y rompedora de cifras de taquilla; pero no como la película capaz de despertar sueños que debía haber sido; no como La guerra de las galaxias.

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