Francisco – El Padre Jorge

TÍTULO ORIGINAL Francisco - El Padre Jorge

PRODUCCIÓN Argentina - 2015

DURACIÓN 120 min.

GÉNEROS

PÚBLICOTodos los públicos

ESTRENO15/09/2015


Una versión de esta reseña se publicó en el servicio impreso 64/15

Hay muchos elementos de interés en esta película sobre Jorge Mario Bergoglio. Me parece que los productores y el director-guionista han logrado lo que pretendían: un largometraje que pueda interesar y gustar a un público amplio, creyentes y no creyentes, jóvenes y mayores, conocedores de la vida del papa Francisco y desconocedores de su trayectoria. Una película que cuenta la historia de un cura y luego obispo que llegó a ser papa, manteniendo su personalidad, su manera de comunicar el mensaje cristiano, su forma de comportarse y de actuar en consecuencia con su amor por Jesucristo y su fidelidad a la Iglesia.

Beda Docampo, gallego criado en Argentina y ahora residente en Madrid, escribe un guion muy sólido, que, basándose en el libro de la periodista argentina Elizabetta Piqué, permite viajar por la vida del ya casi octogenario Francisco con fluidez, esquivando el riesgo de la fragmentación y los saltos temporales que suelen aparecer en los biopic que cubren arcos temporales muy abiertos.

Buena parte del mérito lo tiene el personaje de ficción que interpreta excelentemente la actriz española Silvia Abascal. Se trata de una periodista española que tratará a Bergoglio en el periodo que media entre los cónclaves en los que son elegidos Benedicto XVI y el propio Francisco. En esos años, 2005 a 2013, la periodista a la que su periódico encomienda que cubra un cónclave sin tener cercanía con la religión y procedente de la información política, lleva al espectador de la mano para conocer al padre Jorge.

La cuidada fotografía del gran Kiko de la Rica (Blancanieves) en localizaciones de Buenos Aires, Madrid y Roma, la música de Federico Jusid y la soltura de un reparto muy bien seleccionado y dirigido convierten la película en un viaje agradable y ameno, creíble en todo momento gracias al trabajo de Darío Grandinetti, que compone a un Francisco cercano, piadoso, entregado, humilde, sencillo. Hay un detalle muy significativo (que muchos que le han tratado manifiestan) y es que Francisco ha ido dulcificando su carácter, en gran medida por su devoción a San José Y eso está bien plasmado en la película.

En la vida del actual Papa, como en la de cualquier sacerdote fiel a la Iglesia en los turbulentos años 70 y 80, ha habido de todo. Creo que es un acierto que la película se haga eco de esas dificultades, pero sin darles una importancia que no tienen. Porque el protagonista es el sacerdote jesuita enamorado de Jesucristo que al poco de ser ordenado empieza a mandar convencido de que en la Iglesia, siguiendo el ejemplo de Jesucristo, el que más manda es el que más sirve a los demás.

“Tener fe no quiere decir que no tengamos dificultades en la vida, sino que somos capaces de afrontarlas sabiendo que no estamos solos”. “Qué hermoso es anunciar a todos el amor de Dios que nos salva y da sentido a nuestra vida”. Son dos pensamientos de Francisco en su cuenta de twitter. Quien no los entienda, ni entenderá la película ni entenderá a Francisco, sucesor de un puñado de papas verdaderamente excepcionales.

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