El secreto de la Isla de las Focas

TÍTULO ORIGINAL The Secret of Roan Inish

DIRECCIÓN

GÉNEROS

Director y guionista: John Sayles. Intérpretes: Jeni Courtney, Eileen Colgan, Mick Lally, John Lynch, Richard Sheridan. 103 min.

El cine familiar es muy sensible a las tendencias argumentales de moda. Por eso es lógica la proliferación en los últimos años de películas de este género con reflexiones sobre la familia, los valores ecológicos y el más allá en todas sus versiones. Con frecuencia, esta mezcolanza sólo ha dado productos discretos y rutinarios. Por eso es de agradecer la aparición de esta pequeña joya del cine familiar que es El secreto de la Isla de las Focas

Se trata de una adaptación de la novela Secret of the Ron Mor Skerry, de Rosalie K. Fry. Narra las aventuras de Fiona (Jeni Courtney), una niña huérfana de madre que, en 1946, es enviada a vivir con sus abuelos a un pequeño pueblo de la costa oeste de Irlanda. Allí le contarán míticas historias sobre su familia, que antes vivía en Roan Inish, una diminuta isla llena de focas. Hace años, en Roan Inish desapareció misteriosamente en el mar el hermano pequeño de Fiona. Atraída por el misterio de las selkies -criaturas mitológicas, mitad humanas, mitad focas, cuyos hijos sienten una irresistible atracción por el mar-, la niña viajará repetidas veces a la isla en compañía de un primo suyo.

John Sayles (Passion Fish, City of Hope, Lone Star) ha acertado plenamente en su labor como director, guionista y montador. Sin hacer alardes en la puesta en escena, consigue una narración pausada pero muy fluida, que aúna a la perfección el retrato costumbrista de personajes y ambientes, con cautivadores pasajes onírico-fantásticos, sólidamente asentados en la rica tradición cultural celta. Para enriquecer aún más este enfoque, ha mimado el fuerte acento de los intérpretes -todos ellos están magníficos- y ha envuelto la película en un atractivo halo de misterio, delimitado por la sugestiva banda sonora de Mason Daring, plagada de aires gaélicos, y por la bellísima fotografía de Haskell Wexler, cuyo desnudo naturalismo recuerda al documental Los hombres de Arán, de Robert Flaherty.

Todo está al servicio de una historia llena de magia, en la que la exuberante naturaleza irlandesa participa como un personaje más. El amor a la familia, a la tierra, al mar y a las costumbres sencillas no suenan a postizo aditamento, sino que son elementos esenciales de un estilo de vida muy atractivo, en el que tienen también un papel relevante la capacidad de sacrificio y la religión.

Jerónimo José Martín

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