Ben Field, un joven estudiante y aspirante a vicario, entra en contacto con una pequeña comunidad de vecinos en Buckinghamshire (Inglaterra). En concreto, con Peter Farquar, un profesor retirado de Literatura, y Ann Moore Martin, una piadosa mujer que vive atendida por su sobrina. La conexión entre Ben y Peter muy pronto se convierte en una compleja relación sentimental con terribles consecuencias. Y lo mismo ocurrirá con Ann Moore Martin.
El británico Saul Dibb (Suite francesa, La duquesa) cuenta en esta miniserie de la BBC dos crímenes que sacudieron Inglaterra en el año 2015. En cuatro capítulos, la información está dosificada con mucha inteligencia y sutileza. Y es en esta línea donde brillan las interpretaciones, con un sorprendente trabajo de composición del actor irlandés Éanna Hardwicke, que en su primer papel protagonista de relevancia modula una postiza amabilidad profundamente perversa y manipuladora. También, con breves pinceladas, pero muy atinadas, comprendemos el estado vital de los ancianos solitarios Peter Farquar y Ann Moore, magníficamente encarnados por Timothy Spall (El inglés que cogió la maleta y se fue al fin del mundo) y Anne Reid (Years and Years). Soledad, desencantos vitales, una espiritualidad mal entendida y el anhelo por ser amados son heridas que aún les sangran en lo profundo, mientras viven en un entorno de éxitos aparentes.
Aunque todo está tratado con bastante delicadeza, este es quizás ese el punto más escalofriante del crimen, que se basó en el abuso y en la manipulación íntima de dos personas, ya ancianas pero inteligentes, bondadosas y autosuficientes. Resulta aterrador para quien lo contempla, especialmente por la naturaleza del criminal, que incluso se vincula con el mundo de la Iglesia para ser más creíble ante sus víctimas. Tanto Ann como Peter son miembros fieles de la Iglesia de Inglaterra, confían en sus pastores y, aunque viven una religiosidad muy sentimental, tratan de apoyarse en Dios y buscarle con honestidad en sus vidas, algo que conoce muy bien su maltratador.
Una serie adulta pero muy bien llevada e interpretada, que aunque no es agradable de ver en muchas de sus secuencias, es un ejemplo de cine criminal que no busca el morbo sino más bien conocer a los protagonistas y sus circunstancias en profundidad.
