El príncipe de los ladrones

TÍTULO ORIGINAL The Thief Lord

DIRECCIÓN

GÉNEROS

Director: Richard Claus. Guión: Richard Claus, Daniel Musgrave. Intérpretes: Aaron Johnson, Jasper Harris, Rollo Weeks, Alice Connor, George MacKay. 98 min. Jóvenes.

Bo y Próspero, dos hermanos que quedan huérfanos, huyen a Venecia para escapar de sus horribles tíos, que quieren separarlos. Allí serán acogidos por Scipio, el príncipe de los ladrones, que tiene bajo su protección a otros huérfanos. Incorporados a la banda, deberán escapar de un detective privado contratado por sus tíos y robar una misteriosa talla antigua que podría tener fantásticos poderes.

La película de Richard Claus sigue con bastante fidelidad la novela (casi) homónima de Cornelia Funke y, a decir verdad, las pequeñas discrepancias juegan a favor del guión del filme. Se trata de una historia mágica en la que el principal encanto reside en los personajes, creíbles todos ellos, y en la que la tarea principal del espectador es dejarse llevar y no ser demasiado crítico con cuestiones de detalles. Los fallos (si es que lo son) vienen del enfoque realista de la historia, por el que los chicos son chicos normales de seis a quince años, y no superniños llenos de increíbles recursos y sabiduría; y a la vez, los adultos con los que se enfrentan parecen bastante normales, y en la mayoría de los casos sólo han sido ligeramente caricaturizados.

El guión no plantea grandes ni espectaculares aventuras de acción, y sí una serie de pequeñas aventuras relacionadas con los niños y los adultos que les rodean. La trama es lineal, fácil de seguir. Aunque no de manera descarada, está presente un cierto despego de la familia y la justificación de alguna conducta delictiva.

Dicho esto, queda por averiguar si encontrará el público adecuado: obviamente los jóvenes que han disfrutado con la novela, pero este sector es muy minoritario. El cine infantil alemán de corte realista ya se ha estrellado repetidas veces en el extranjero («Las banda del patio», «El pequeño vampiro») tras triunfar en su país. Este estilo realista puede gustar más al adulto que al joven, pero el adulto no irá si no es para acompañar a un chico.

Fernando Gil-Delgado

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