Director: Rob Bowman. Guión: Gregg Chabot, Kevin Peterka y Matt Greenberg. Intérpretes: Matthew McConaughey, Christian Bale, Izabella Scorupco, Gerald Butler, Alice Krige. 101 min. Jóvenes.
Tras una carrera más bien mediocre, Rob Bowman triunfó plenamente como realizador de los mejores episodios de la serie televisiva Expediente X, cuya primera entrega para el cine también dirigió. En su siguiente película, El imperio del fuego, afronta la ciencia-ficción de carácter fantástico a partir de un guión que llevaba varios años reposando en los cajones de Buena Vista. La acción se desarrolla en un futuro apocalíptico en el que la Tierra ha sido desolada y dominada por los dragones, que fueron resucitados en el año 2002 durante unas excavaciones en el Metro de Londres. En esa situación, un bombero londinense, líder de una tranquila comunidad que sobrevive en las ruinas de un castillo, aúna esfuerzos con un visionario militar norteamericano que ha decidido marchar a Londres con sus diezmadas tropas para luchar cara a cara con el macho jefe de los dragones.
Durante más de un hora, la película funciona bien en su tétrica combinación de ciencia-ficción apocalíptica y fantasía heroica. Es decir, la trama está bien desarrollada, la ambientación y los efectos especiales de la Disney sorprenden en cada secuencia, los personajes mantienen la suficiente entidad dramática y hasta encarnan ciertas críticas sociales certeras, y todos los actores se meten en su piel con elogiable convicción. Sin embargo, el desenlace decepciona, sobre todo porque el guión ata sus diversos hilos de un modo chapucero y poco respetuoso con la inteligencia del espectador. Es una lástima, porque hasta ese momento El imperio del fuego mantenía un nivel de entretenimiento y dramatismo muy por encima de la media.
Jerónimo José Martín
