Era normal que hubiese cierto miedo ante la llegada de esta serie. La precedente Isabel había logrado el favor del público y críticas entusiasmadas que incluso llegaban desde el extranjero. Además no resultaba fácil imaginar una continuación que no fuese liderada por Javier Olivares, verdadero motor de la serie previa y que ahora mismo trabaja en la segunda temporada de El Ministerio del Tiempo.

Esta incertidumbre se ha resuelto en los dos primeros capítulos de Carlos, Rey Emperador. Una vez más, un actor catalán joven (Álvaro Cervantes toma el relevo de Michelle Jenner) da la talla con uno de los personajes más importantes de la Historia, en una serie apoyada en diálogos magníficos y una dirección artística aún mejor que en Isabel. Nos estamos acostumbrando a que nos cuenten la historia de España con matices y sin anacronismos, algo que hace tan solo unos años era casi excepcional.

El equipo de guionistas y directores es prácticamente el mismo, con algunos nombres nuevos como Jorge Torregrossa (La vida inesperada) o Salvador García Ruiz (Las voces de la noche).

Entre Isabel y Carlos, Rey Emperador hay un intervalo histórico contado en la película La Corona partida, que iba estrenarse entre las dos series este mismo verano, pero finalmente se ha retrasado hasta enero de 2016.

Nos estamos acostumbrados a que nos cuenten la historia de España con matices y sin anacronismos, algo que hace tan solo unos años era casi excepcional

El rey mal recibido

Carlos, el rey extranjero, adolescente y dubitativo, llega a un reino convulso que le mira con desprecio. Es el nieto de los Reyes Católicos y sucesor a la corona, pero los nobles, el pueblo y la Corte lo ven como un monarca venido de Flandes que difícilmente velará por los intereses de Castilla. El joven Álvaro Cervantes (Los nuestros, Hermanos) transmite a la perfección la inmadurez, la duda y el deseo de ser amado por un reino impuesto por genealogía.

En los primeros capítulos destaca la brillantez interpretativa de un elenco muy variado de actores que va desde una consagrada Nathalie Poza (que ya estuvo pletórica en la serie y posterior película Todas las mujeres), a un enorme Alfonso Bassave (Gran Hotel, Amar es para siempre) como el mujeriego Francisco I, rey de Francia. También destacan Laia Marull como Juana la Loca, Álex Brendemühl como Enrique VII o José Luis García Pérez como Hernán Cortés. Con tantos personajes importantes que retratar, se entrelazan bien las diferentes tramas y capítulos históricos que funcionan como un reloj y están bien medidos en su contenido dramático.

Por otro lado, se agradece que la serie sea elegante y juegue con las elipsis en la mayoría de los casos al contar los aspectos más escandalosos de la vida de los monarcas. El querer acercarse al estilo HBO de historicismo erotizado de Juego de tronos o Los Tudor hizo mucho daño en los comienzos de Isabel, y por ahora el inicio de Carlos, Rey Emperador es más sutil.

La banda sonora de Federico Jusid no solo está a la altura de la que compuso para Isabel, sino que es incluso más variada y sugerente. Lo único que queda por saber es si en las escenas de batalla se notará la falta de presupuesto, algo que suele pesar tanto en la televisión como en el cine histórico que se rueda en España. Por lo demás, la aparición de esta nueva serie que acerca la cultura al gran público de manera tan atractiva es otra gran noticia para la ficción española. Y van unas cuantas…

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