Bruja Escarlata y Visión tienen poderes y caracteres antagónicos, pero tienen en común algo esencial: salieron del reverso tenebroso para convertirse en aliados del Bien en el grupo de Los Vengadores y Los Defensores. Esta serie muestra sus intentos por ser un matrimonio norteamericano con jardín, barbacoa, niños y comidas de vecinos. Pero nunca ha sido fácil abandonar el lado oscuro…
La joven guionista Jac Shaeffer (Timer, Frozen: Una aventura de Olaf, Timadoras compulsivas), creadora de esta serie, sorprende por su atrevimiento y originalidad narrativa. El primer capítulo, en blanco y negro, imita el formato de las sitcom de los años 60, como El show de Lucille Ball. En el segundo episodio aparece el color con un look llamativo, clásico de los años 70, y de series tan memorables como La tribu de los Brady. Y así hasta el final. Cada capítulo es un mundo aparte, en el que por supuesto también hay efectos especiales, comedia, épica y drama superheroico al más puro estilo Marvel.
Desde que el ingenioso Drew Goddard lograra impactar con su versión de Daredevil (2015-2018) para Netflix, ninguna serie de superhéroes había generado tanta repercusión como Bruja Escarlata y Visión. La empatía entre dos actores excelentes como Paul Bettany y Elizabeth Olsen, es fundamental para que esta historia de amor entre una mutante y un robot sea verosímil y entrañable. Los personajes y tramas secundarias acaban de construir un puzle en el que cada una de las piezas aumenta la intriga y el interés del espectador. Una ficción para todas las edades que entretiene y conmueve, siempre y cuando se entre en el original código que propone su creadora.
