Dos enfermos psicóticos se enamoran y deciden vivir juntos y tratar de llevar una vida normal.
Hay intenciones nobles en este film australiano: derecho de los enfermos mentales a una vida digna, elogio de la maternidad llevada con sacrificio… Pero su desequilibrado y lento ritmo narrativo y su insistencia erótica lo lastran definitivamente. El recurso a los mensajes astrológicos a través del concurso televisivo La rueda de la fortuna es tonto y reiterativo. No se entiende que la película haya sido tan premiada en su país, aunque hay que reconocer el interés humano de la historia.
José María Aresté