Director y guionista: Zach Braff. Intérpretes: Zach Braff, Natalie Portman, Ian Holm, Peter Sarsgaard, Geoffrey Arend. 109 min. Adultos.
Después de trabajar en diversas series televisivas y películas menores, el joven actor Zach Braff ha debutado con buen pie como director y guionista en «Algo en común», singular tragicomedia autobiográfica, que ha sido muy bien acogida en los ámbitos del cine independiente estadounidense. Se trata de otro retrato de veinteañeros perdidos, pero enfocado desde una perspectiva singular, cercana al humor extravagante de «Napoleón Dynamite» o «American Splendor».
El protagonista es Andrew Largeman, un joven judío que lleva 10 años en Los Ángeles abriéndose paso como actor, y que sufre fuertes jaquecas, extrañas pesadillas y profundas depresiones. Tras el suicidio de su madre, pasa unos días en su pueblo natal de Nueva Jersey. Allí se reencuentra con su doloroso pasado, intenta rehacer las relaciones con sus viejos amigos y con su padre -un psiquiatra que medica al propio Andrew desde niño-, y se enamora de Samantha, una chica fascinante y vitalista, a pesar de que padece epilepsia y es una mentirosa compulsiva.
La estólida interpretación de Zach Braff resulta siempre eficaz -sobre todo desde el punto de vista cómico-, Natalie Portman está sensacional en esta su primera experiencia indie, y los excelentes secundarios se mantienen a ese alto nivel. Además, Zach muestra buenas maneras con la cámara, mima con ella a los actores y logra un estilo personal, realista y onírico a la vez. Todo esto genera varias secuencias de gran intensidad, e interesantes en sus reflexiones sobre el desconcierto vital de tantos jóvenes. Sin embargo, el conjunto se resiente de un enfoque demasiado psicoanalítico, moralmente confuso -sobre todo en materia sexual- y excesivamente reiterativo en el recurso a un humor judío, cercano al de Woody Allen, pero sin la chispa de éste y a veces algo cargante en su sofisticación.
Jerónimo José Martín