En Egipto, las minorías liberales comenzaron la “revolución democrática”, pero los islamistas y los militares resultan ser las únicas fuerzas que cuentan.
Un año después de las revoluciones árabes, los partidos islamistas han triunfado en las elecciones, y ahora deben demostrar su respeto por las libertades.
La “primavera árabe” despertó entre los árabes cristianos las mismas esperanzas de justicia y libertad que entre tantos de sus conciudadanos. Sin embargo, meses después, el aumento de las tensiones religiosas y el temor a un triunfo electoral de las corrientes islamistas ha llevado a una actitud mucho más recelosa.
Después de las revueltas árabes, ¿qué función desempeñará el islam en las nuevas sociedades emergentes? Dos intelectuales árabes, representativos de la tendencia liberal y la religiosa, responden en un debate.
En los cambios actuales de algunos países árabes, se plantea la cuestión de si es posible una democracia que no garantice la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley, sea cual sea su religión.
El Parlamento Europeo pide que la política exterior de la UE "prevea un elenco de medidas contra los Estados que deliberadamente no protegen a las confesiones religiosas".
Un manifiesto de musulmanes franceses condena los atentados contra los cristianos en Egipto y en Iraq, y afirma que los asesinos “no representan en absoluto a los musulmanes”.
Con motivo del Sínodo de Oriente Medio diversas personalidades cristianas de la zona han hecho declaraciones sobre la situación real de los cristianos que allí viven. El padre Samir Khalil, jesuita, experto en islam e historia de Oriente Medio, propone que los países musulmanes adopten un concepto moderno de Estado.
Los países del Magreb están adoptando una llamativa estrategia destinada a combatir a los integristas islámicos con sus mismas armas: el Corán y la formación de imanes para que prediquen la recta doctrina.
Frente a una modernidad que tiene a olvidar a Dios, el papel del islam dentro del plan salvífico podría ser volver a situar la fe en el centro de la existencia.
“La emigración de los cristianos de Oriente Medio no es una pérdida solo para los cristianos, sino también para los musulmanes, y al mismo tiempo una derrota para la convivencia islamo-cristiana”.