Aunque este “thriller” resulta entretenido y suaviza el anticlericalismo de la novela de Arturo Pérez-Reverte, padece un guion nada creíble, con una visión ridícula de la Iglesia.
Una serie que trata, en clave de “thriller”, temas de actualidad política como los informadores y la desconfianza entre servicios secretos amigos, el auge de movimientos populistas de derechas o la injerencia de Rusia.