Un grupo de ilusionistas son sospechosos de un robo; la policía los investiga con ayuda de otro mago. Mucho truco espectacular, mientras las historias humanas y el excelente reparto apenas se explotan.
Van Sant dramatiza los hechos ya contados en un documental de 1984 en esta superproducción militante, que aboga por los derechos de los homosexuales y quiere llegar a un público amplio.