Russell Crowe debuta como director con la historia de un campesino australiano que viaja a Turquía para averiguar qué fue de sus hijos, desaparecidos en la batalla de Galípoli.
Gore Verbinski traslada al Oeste la fórmula de "Piratas del Caribe" y consigue un western entretenido, pero que no encuentra el equilibrio entre violencia hiperrealista y comedia.
Clint Eastwood retrata al primer director de FBI en una película en la que el guión no está a la altura del mismo realizador ni de los excelentes intérpretes, Leonardo Di Caprio y Naomi Watts.